Heriberto Hernández

“Escribir es una necesidad, yo no creo en escritores profesionales. Cuando escribir deja de ser un pasatiempo se muere el arte verdadero”

Heriberto nació y creció en Cuba. En plena dictadura aprendió el arte de la palabra y se enamoró perdidamente de la poesía. Heriberto habla en verso más que en prosa, ha ganado premios, ha escrito libros, se ha entregado por completo a la oratoria y ha dedicado cada uno de sus días a ser un mejor poeta y un mejor artista.

Fue en Camajuaní, su pueblo, donde Heriberto descubrió su pasión por la poesía, en el trabajo dedicado de José Lezama Lima quien para entonces dirigía la revista ‘Origen’. Fue el grupo de “orígenes” el que marcó los primeros versos de Heriberto Hernández, ya que ellos contaban con una relación directa con la escritura occidental (i.e. Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén, Cernuda, Cortázar, Borges, etc.) que les permitía abrir una ventana al mundo cultural lejano a la revolución, lo que le permitió a Heriberto conocer otras formas de expresión y el trabajo que los grandes escritores de occidente publicaban.

En 1982 Heriberto ingresó a la universidad y fue en esa misma época que comenzaron las exposiciones de los graduandos de arte y de los jóvenes estudiantes que no hacían parte de la época de la revolución. Y fue por esa misma época que Heriberto participó por vez primera en el Premio David (premio para jóvenes escritores menores de 20 años), recibiendo primera mención por cuatro años consecutivos hasta recibir el primer premio en el año de 1989 siendo publicado su libro en el año de 1994 después de centenares de trabas y artimañas por parte del gobierno comunista.

En el año de 1997, Heriberto viajó al Perú donde tuvo la oportunidad de ejercer su carrera de arquitectura, hasta que en 2001 se le presentó la oportunidad de radicarse en los Estados Unidos, país donde vive en la actualidad.

Heriberto sigue escribiendo, lo hace todos los días y a toda hora. En Miami ejerce su profesión de arquitecto pero su espíritu de poeta no le da descanso; lo mantiene maquinando y escribiendo, proyectando en palabras lo que su espíritu sensible le dicta en poesía.

Atrás quedaron los libros clandestinos, las noches en vela leyendo grandes novelas para no ser descubierto por los agentes de la revolución. Atrás quedaron los premios negados por no hacer parte de lo absurdo. Atrás quedaron las ansias clandestinas, la literatura prohibida, los maestros ocultos y los temores a ser descubierto haciendo hincapié en sus deseos por ser un artista más.

En la actualidad Heriberto sigue escribiendo, preparando la publicación de su último libro, una colección de poemas que de seguro nos encantará como lo vienen haciendo cada una de sus anteriores publicaciones. “Otros filos del fuego” será el título de su próxima publicación, en Arte Libertino recomendamos los versos de Heriberto y resaltamos ante todo, su capacidad de volar en un mundo de prosa que ha dejado los versos en el cuarto del olvido.